EUCARISTÍA BICENTENARIO

EUCARISTÍA BICENTENARIO

La Santa Iglesia Catedral ha acogido hoy la Eucaristía con motivo del Bicentenario Marista

Más de 1000 personas, entre hermanos, estudiantes, profesores y familias del Colegio Cervantes, han asistido a la celebración de esta efeméride

La Santa Iglesia Catedral de Córdoba ha acogido este mediodía la celebración de la Eucaristía del Domingo, la cual ha estado dedicada al Bicentenario de la Institución de los Hermanos Maristas y que ha sido oficiada por el Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ante más de 1000 personas (la mayoría de ellas hermanos, estudiantes, profesores y familias del Colegio Cervantes).

El director del Colegio Cervantes, Manuel Porras, ha sido el encargado de abrir la ceremonia con la monición de entrada, en la que ha destacado la relevancia de este “acontecimiento histórico para los miles de vidas entregadas al compromiso de Marcelino Champagnat, fundador del Instituto Marista, con la dedicación de tantos Hermanos y laicos a la labor educativa y tantas otras personas beneficiadas de ello”.

Según Porras, esta efeméride debe ser una oportunidad para celebrar la vocación marista y también para profundizar en esta identidad en un ambiente festivo. “Estamos ante un nuevo comienzo, y nuestra voluntad es seguir siendo fieles al carisma fundacional. No nos debe mover la nostalgia, sino la esperanza de continuar viviendo el sueño: buscar nuestro sitio entre niños y jóvenes, entre los que más ayuda puedan necesitar”.

La Eucaristía, que ha sido retransmitida en toda España en directo por el Canal 13TV, ha girado en torno a San Marcelino, invitando a seguir sus enseñanzas -amando a todas las personas de corazón-, y tenerlo como ejemplo de modo de vida, teniendo como referencias la sencillez, la humildad y la modestia.  En este sentido, las lecturas han versado sobre una realidad muy patente en nuestros días: la pobreza.

Durante la celebración, varios profesores del colegio marista han tomado la palabra y, entre otros mensajes, han realizado una serie de peticiones -durante el desarrollo de la oración de los fieles- siempre guiados por María, nuestra Buena Madre. En concreto, se han realizado peticiones “por todos los que sufren y por todos los que se encuentran pasando por momentos de dificultad tanto económica como de salud”, en especial por las personas de Alepo (Siria), donde se encuentran Los Maristas Azules; “por todos los educadores de la familia marista (profesores, animadores, entrenadores, catequistas… incluido un recuerdo a los ya fallecidos) que a diario trabajan por hacer realidad el sueño de San Marcelino”, para que tengan toda la fuerza y luz necesarias para seguir construyendo entre todos una sociedad justa y en paz; y “por todos los alumnos maristas -y sus familias-“, para que sean capaces de realizar su proyecto de vida a la luz de los valores que se vive en el Colegio Cervantes.

Por otra parte, los Maristas han mostrado su agradecimiento por alguna de las múltiples razones existentes a lo largo de estos 200 años. Así, han dado las gracias por haber suscitado, a través de Marcelino, una familia religiosa para dar a conocer a Jesús y hacerlo amar entre los niños y jóvenes, especialmente entre los que viven marginados; las gracias por los más de 38.000 hermanos maristas que, a lo largo de estos 200 años, se han consagrado a Dios; las gracias por los miles de laicos y laicas maristas comprometidos con la misión; las gracias por tantas generaciones de hombres y mujeres que han sido marcados positivamente por la educación marista y han asimilado y promovido sus valores, tratando de vivir como buenos cristianos y honrados ciudadanos.

Finalmente, la ceremonia se ha cerrado con el deseo de que los Maristas, quienes celebran las grandes obras llevadas a cabo en la Iglesia por medio de San Marcelino Champagnat, salgan robustecidos con la fuerza de este sacramento y puedan siempre emprender mayores obras de apostolado.